En Australia, la edad media de los reclusos es de 36 años, pero el número de presos de edad avanzada (más de 50 años) está creciendo rápidamente, pasando de 1 de cada 5 (2014) a 1 de cada 4 (2024). Un equipo de investigación de la Universidad de Flinders pretende arrojar luz sobre su difícil situación.
Muchos presos mayores no pueden desenvolverse en la vida cotidiana y, cuando pueden optar a la libertad condicional, no tienen adónde ir. La soledad y la estigmatización proliferan. Aunque hay momentos de esperanza, compasión y dignidad, es necesario un cambio significativo para garantizar que los presos no sufran el castigo adicional de ver reducidos sus derechos humanos, simplemente por la edad. Muchos ni siquiera recuerdan dónde están o por qué están allí. Cómo tratamos a estas personas es una prueba de nuestra humanidad colectiva.
Este problema tiene muchas capas. En la superficie, las prisiones se enfrentan a retos para satisfacer la creciente demanda de atención a la tercera edad. La escasez de infraestructuras y personal dificulta la atención de las complejas necesidades de los reclusos mayores, que a menudo se encuentran en entornos menos adecuados para su salud física y mental.
Debajo de esto hay lagunas en la asistencia sanitaria y el apoyo sistémico, con enfermedades crónicas y afecciones como la demencia que a menudo no se tratan o no se gestionan adecuadamente. En el fondo, el problema gira en torno a la dignidad y el propósito. Los reclusos de edad avanzada carecen a menudo de oportunidades de participación significativa, lo que conduce al aislamiento y a la insatisfacción de sus necesidades.
El equipo de investigación de la Universidad de Flinders trata de comprender y abordar mejor estos retos. Buscamos personas con experiencias vividas (ex reclusos, amigos o seres queridos) y profesionales de los sistemas de atención a la tercera edad, sanitario o penitenciario para que compartan sus puntos de vista sobre la atención a los reclusos mayores.
Los talleres, tanto presenciales como en línea, están previstos para principios de 2025.
Envíe por correo electrónico su manifestación de interés en participar al Dr. Patmisari a patm0005@flinders.edu.au.
Esta investigación está siendo llevada a cabo por la profesora Helen McLaren, la doctora Jenny Richards, la doctora Emi Patmisari y la señora Carla McLaren, de la Universidad Flinders, y cuenta con el apoyo de una beca de investigación Impact Research Grant for Ageing Well de la Office for Ageing Well.