El informe subraya que no se trata de un problema aislado.
La brecha digital tiene consecuencias de largo alcance, como una peor salud física y mental de las personas mayores y un menor control de su capacidad para tomar decisiones y llevar una vida independiente.
Muchos también pueden ser vulnerables a los malos tratos, la explotación y las estafas.
Para algunos mayores, la respuesta es el apoyo, la formación y la tutoría. Esto incluye la impartición de formación presencial culturalmente apropiada en la lengua preferida de los participantes por parte de trabajadores biculturales y organizaciones multiculturales o etnoespecíficas de confianza.
Sin embargo, hay muchas personas mayores que nunca serán alfabetizadas digitalmente y necesitan vías alternativas para acceder a la información y los servicios.