En su intervención en la reciente cumbre técnica de la SMSF Association, Louise Biti, directora de Aged Care Steps, afirmó que los asesores deben ser conscientes no sólo de las implicaciones financieras del envejecimiento de los clientes, sino también ser proactivos a la hora de proteger los intereses de sus clientes frente a situaciones como el abuso de ancianos.
"La forma de pensar en la jubilación ha cambiado. Ahora tenemos que pensar en jubilaciones mucho más largas y en los retos y gastos que conllevan", dijo.
"Lo más probable es que para la mayoría de nosotros no vayamos a estar en forma, sanos, activos, y luego caigamos muertos. Para la mayoría de nosotros habrá un periodo de fragilidad que puede durar días, semanas, meses o años. Tenemos que pensar en ello y disponer de planes de contingencia".
Biti explicó que la esperanza de vida ronda ahora los 88 años y que la jubilación puede dividirse en tres fases: la mitad de los años de jubilación se considera jubilación activa, la siguiente fase es un periodo más tranquilo en el que los clientes deben empezar a pensar en las necesidades de apoyo y, por último, los años de fragilidad, en los que aún puede haber cierta independencia pero las necesidades de apoyo son mayores.