Hombre mayor en silla de ruedas

La historia de Amo sobre el aislamiento como forma de maltrato

Amos sufrió un derrame cerebral que le provocó una discapacidad permanente. Durante los últimos veinte años, su esposa Elizabeth ha controlado a Amos y le ha negado el acceso a sus fondos y documentos personales.

Última actualización: 12 de julio de 2024

El aislamiento es una estrategia clave de los maltratadores y puede poner a sus víctimas en una situación increíblemente difícil. Ausencia de amigos o familiares, falta de acceso al dinero, capacidad limitada para comunicarse con los demás: todas estas son experiencias comunes de las personas que se han visto aisladas en situaciones de maltrato a personas mayores. Las limitaciones logísticas pueden dificultar la búsqueda de una salida, ya que se enfrentan a la perspectiva de marcharse solos sin dinero, apoyo ni transporte. Se necesita el apoyo sostenido de los servicios para superar las barreras que impiden salir y ayudar a las personas a restablecerse en circunstancias más seguras.

Amos, de unos 70 años, llevaba más de cuarenta casado con Elizabeth. Veinte años antes había sufrido un derrame cerebral que le provocó una discapacidad permanente. Elizabeth ejercía control sobre Amos y le negó durante años el acceso a sus fondos y documentos personales. Como consecuencia, dependía totalmente de ella. A lo largo de su matrimonio, Amos sufrió múltiples formas de maltrato por parte de Elizabeth, incluido maltrato físico, psicológico, social y financiero. Al no tener acceso a cuentas bancarias ni documentos de identidad, tuvo miedo y fue incapaz de dar los pasos prácticos para poner fin al matrimonio de forma segura, a pesar de su deseo de hacerlo.

Elizabeth no permitía que Amos utilizara el teléfono ni que saliera a otras actividades que no fueran las organizadas por ella. Amos se había aislado socialmente, con la excepción de su asistencia semanal a un centro de respiro. Afortunadamente, un trabajador del centro de respiro remitió a Amos al Servicio Jurídico y de Apoyo a las Personas Mayores (SLASS) de Caxton tras observar una lesión en Amos.

El Servicio Jurídico y de Apoyo a Mayores del Centro Jurídico Caxton prestó ayuda a Amos durante tres años. En algunas fases, la ayuda del trabajo social fue más relevante, como cuando se creó el plan de seguridad para escapar de los abusos. En otros momentos, la asistencia jurídica fue vital, como al negociar para Amos la liquidación de la propiedad tras la separación.

El abogado y la trabajadora social de SLASS se reunieron con Amos en un lugar seguro. El abogado proporcionó a Amos asesoramiento jurídico exhaustivo en relación con la violencia doméstica y el divorcio. Amos corría el riesgo de sufrir más daños en el hogar, pero para poder salir de Elizabeth necesitaba poder acceder a una nueva residencia de forma independiente: se necesitaba algo en la planta baja para poder satisfacer sus necesidades.

Amos no tenía acceso a ingresos o ahorros para pagar la fianza, el alquiler, los muebles o los gastos de mudanza y temía mucho que, si intentaba acceder a fondos de las cuentas conjuntas, Elizabeth descubriera su plan de marcharse y los malos tratos de ella se intensificaran.

Mediante la colaboración con el centro de respiro y una intrincada planificación de la seguridad, el trabajador social de SLASS ayudó a Amos a empaquetar y trasladar sus pertenencias sin alertar a Elizabeth de su intención de marcharse.

Debido a la grave situación económica de Amos, SLASS utilizó fondos del Fondo Fiduciario Vera Raymer para crear y garantizar un alojamiento de alquiler adecuado. Sin acceso a fondos de emergencia como éste, las perspectivas de que Amos escapara a un lugar seguro eran extremadamente limitadas.

A continuación, el trabajador social de SLASS prestó un amplio apoyo práctico y de defensa para ayudar a Amos a establecerse y apartar a Elizabeth de las funciones financieras y administrativas clave.

Amos se instaló en su nueva vivienda de alquiler y se mostró muy satisfecho de su independencia.

El abogado de SLASS se comunicó con Elizabeth en nombre de Amos y le informó de su intención de solicitar el divorcio. El abogado negoció con Elizabeth y posteriormente su abogada liberó algunos fondos provisionales de la cuenta bancaria conjunta para ayudar a Amos a corto plazo.

Amos estaba preocupado por el efecto que el divorcio tendría en sus ya tensas relaciones con sus hijos adultos. Deseaba llegar a un acuerdo sobre los bienes que no fuera contencioso y que preservara dichas relaciones.

A continuación, el abogado de SLASS prestó su ayuda proporcionando una representación jurídica completa a Amos. Esto incluía asesoramiento jurídico sobre cómo dividir los bienes matrimoniales para lograr un acuerdo justo y equitativo. SLASS respondió a las necesidades de Amos como no lo hubiera hecho un bufete convencional. Se realizaron muchas visitas a Amos en su casa a lo largo de este proceso, ya que su movilidad estaba limitada por su discapacidad. El abogado de SLASS actuó teniendo especialmente en cuenta el deseo de Amos de preservar la relación con sus hijos.

SLASS consiguió un resultado que cubriría las necesidades futuras de Amos. Amos está ahora en condiciones de comprar una vivienda accesible y dispone de fondos adicionales para mantenerse en el futuro.

Sin la ayuda de Caxton, Amos probablemente habría seguido aislado socialmente y bajo el control de su cónyuge. Habría tenido dificultades para salir de casa sin la ayuda del trabajador social y para acceder a la asistencia jurídica sin el apoyo flexible que SLASS podía proporcionarle, como visitas periódicas a domicilio.

Amos está profundamente agradecido por los tres años de asistencia que recibió de SLASS y ahora puede llevar una existencia más segura e independiente.

Crédito: Publicado en Compass con permiso de Centro Jurídico Caxton