A medida que pasamos más tiempo en este planeta -y más tiempo de pie-, el cuidado adecuado de los pies resulta cada vez más vital para mantener nuestra salud general. Tomar medidas proactivas para el cuidado de nuestros pies no sólo puede garantizar nuestra comodidad, sino también ayudar a mantener nuestra movilidad y contribuir a una mayor calidad de vida a medida que envejecemos.
Y es que descuidar la salud de los pies puede acarrear una serie de problemas, como dolor crónico o afecciones e infecciones cutáneas. Para algunas personas, el control de la salud de los pies es esencial debido a enfermedades crónicas como la diabetes, que requiere un seguimiento profesional.
¿Sus pies acusan la edad?
Hay muchos signos de envejecimiento de los pies:
Las articulaciones pueden empezar a doler cuando se usan, debido a la artritis.
Los arcos de los pies pueden doler al caminar.
Los huesos situados bajo el talón y la parte delantera del pie se vuelven sensibles a medida que perdemos las almohadillas grasas protectoras que ayudan a amortiguar estas zonas y a reducir la tensión ósea.
A medida que la piel se reseca con el tiempo, pueden formarse callosidades dolorosas en los puntos de presión.
A veces, con el ajetreo de la vida, nos olvidamos de nuestros pobres pies. Sin embargo, para prevenir complicaciones y mejorar nuestra movilidad y calidad de vida, es esencial cuidar nuestros pies de forma proactiva. Esto significa someterse a revisiones periódicas de los pies, mantener una buena higiene y utilizar calzado adecuado.
Cuidados básicos de los pies
El cuidado de las uñas y de la piel son los aspectos fundamentales del mantenimiento de los pies.
Si puedes cuidar tú misma de tus uñas, mantenlas limpias y recórtalas regularmente con un cortaúñas de buena calidad.
Procura cortar las uñas rectas y no demasiado cortas, sobre todo en los bordes.
Utiliza una lima metálica de buena calidad, que puedes comprar en una farmacia de confianza, para alisar los bordes.
Si las uñas de los pies son especialmente gruesas, cortarlas puede resultar demasiado difícil. Las visitas regulares al podólogo se ocuparán de ellas por ti.
Tareas sencillas como el cuidado de las uñas pueden convertirse en un reto con problemas de movilidad relacionados con la edad, problemas de visión o cambios en la textura de las uñas. Si este es tu caso, acude a un podólogo o a tu médico de cabecera: no descuides el cuidado de tus pies.
Problemas comunes de los pies
Las infecciones fúngicas pueden engrosar las uñas, hacerlas quebradizas y provocar una decoloración marrón/amarilla.
Pueden tratarse, pero es posible que necesiten algo más que un tratamiento tópico (como una crema que se frota en la zona).
El tratamiento con láser o la medicación pueden ser más eficaces, pero es posible que no pueda probarlos si está tomando otros medicamentos: hable con su médico para que le evalúe y le aconseje.
Mantener una buena higiene general de los pies y cambiarse los calcetines con regularidad es la mejor forma de prevenir las infecciones fúngicas.
La acumulación de piel dura por callos, durezas o talones secos y agrietados puede resultar muy incómoda.
Para prevenir callos y durezas, procura llevar siempre un calzado correcto y bien ajustado que no roce.
Si tienes un callo o callos dolorosos, busca ayuda profesional, ya que pueden tratarse muy rápidamente y con éxito.
Un buen podólogo le recomendará que se mantenga alejado de cualquier apósito medicado para callos o callosidades, ya que contienen ácidos que pueden ser problemáticos para la piel.
Para la piel seca o los talones agrietados, prueba una crema para pies a base de urea de buena calidad que contenga al menos un 10% de urea. Evita llevar los pies descalzos o los zapatos abiertos durante mucho tiempo, ya que aumentan la sequedad de la piel.
Prevenir o aliviar el dolor de pies
El dolor de pies es frecuente y a menudo se experimenta en los talones, bajo los arcos, bajo las plantas de los pies y en las articulaciones. En la mayoría de los casos, el dolor puede tratarse y controlarse eficazmente. No tiene por qué soportar el dolor de pies sólo porque sea mayor.
El ejercicio regular es vital para unos pies sanos y cómodos.
Caminar es una forma excelente no sólo de prevenir el dolor de pies, sino también de aliviarlo en afecciones como la artritis.
Caminar sólo 30 minutos al día marcará la diferencia. Empieza con paseos más lentos y cortos, y aumenta la distancia y el ritmo con el tiempo.
Fortalecer los músculos de la pantorrilla es una forma excelente de prevenir problemas en los pies y las extremidades inferiores.
Un ejercicio sencillo consiste en mantenerse erguido con los pies separados a la anchura de los hombros y levantar los talones del suelo, desplazando el peso hacia la parte anterior de los pies.
Sube todo lo que puedas antes de bajar lentamente hasta los talones.
Intenta hacerlo entre 12 y 20 veces antes de descansar 1 minuto y repítelo al menos 5 veces.
Puedes hacer este ejercicio varias veces al día. Para hacerlo más difícil, intenta hacerlo con una sola pierna a la vez (pero sólo si tu equilibrio es estable.)
Para prevenir el dolor de pies, es fundamental llevar un calzado estable, que ajuste bien y que ofrezca soporte para el arco del pie. Al mejorar el equilibrio, también pueden minimizar el riesgo de caídas, que son una de las principales causas de lesiones en las personas mayores. Si ya le duelen los pies, evitar estar mucho tiempo descalzo puede ser útil, siempre que lleve el calzado adecuado.
A la hora de elegir el calzado, céntrate en encontrar un zapato que se adapte a la forma de tu pie y que tenga aproximadamente 1,5 cm entre el dedo más largo y el extremo del zapato.
El zapato debe proporcionar una comodidad inmediata y un tacto estable y firme. Es preferible algo de amortiguación, pero no demasiada, ya que la suavidad puede afectar al equilibrio y aumentar el riesgo de caídas.
Los zapatos demasiado gastados en los talones también pueden afectar a tu equilibrio Inspecciona tus zapatos con regularidad y sustitúyelos si las suelas y los talones están desgastados.
La mayoría de las caídas se producen en casa, así que opte por zapatos de casa bien ajustados en lugar de zapatillas mal ajustadas.
Resumen en una caja (de zapatos)
El envejecimiento puede complicar el cuidado de los pies debido a problemas de movilidad y cambios en el estado de las uñas.
El mantenimiento regular de los pies es importante. Las durezas, los callos y las uñas engrosadas pueden beneficiarse de tratamientos podológicos.
Una buena higiene, el uso de calzado que se ajuste bien y la pronta corrección de callos y durezas pueden evitar molestias e infecciones como los hongos en las uñas.
El ejercicio regular, como caminar y elevar las pantorrillas, es crucial para mantener la salud de los pies, prevenir el dolor y mejorar el bienestar general.
La elección de un calzado de apoyo y bien ajustado puede reducir significativamente el riesgo de caídas, que son una de las principales preocupaciones de los adultos mayores.
Nunca es demasiado tarde para dar los pasos adecuados hacia la comodidad y la movilidad. Demos prioridad a la salud de nuestros pies para avanzar con confianza hacia el futuro.
Cláusula de exención de responsabilidad: La información facilitada en este sitio web no sustituye el asesoramiento sanitario individual de un profesional de la salud.
Por David Bugg
David Bugg es podólogo jefe y director de Sydney City Podiatry. Ha sido atleta y profesor universitario invitado de podología.
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