Pareja mayor sentada en un banco del parque

El mal acuerdo familiar de Nina y Joe

Nina y Joe ayudaron a su hija a invertir en una propiedad. Pudieron recuperar esa inversión tras demostrar que no era un regalo.

Última actualización: 12 de julio de 2024

Nina y Joe tenían ambos más de setenta años. Vivían en su propia casa, valorada en 950.000 dólares. Les resultaba difícil pagar la hipoteca de 280.000 dólares, ya que su único ingreso era la pensión de jubilación.

Nina y Joe llegaron felizmente a un acuerdo con su hija, Marie, y su yerno, Pete. Nina y Joe vendieron su casa y aportaron 600.000 dólares a Marie y Pete para comprar una casa nueva, lo bastante grande para que vivieran todos.

Nina y Joe informaron a Centrelink, que observó que esta contribución a cambio del derecho de residencia constituía una participación en el piso de la abuela y que seguirían percibiendo su pensión. Nina y Joe facilitaron a Centrelink documentación escrita sobre el acuerdo.

Desgraciadamente, tras cinco años de convivencia y crecientes tensiones, Marie y Pete exigieron que Nina y Joe se mudaran. Nina y Joe pidieron a Marie que les devolviera su contribución, pero Marie se negó, diciéndoles que pensaba que había sido un regalo.

Como Nina y Joe habían informado a Centrelink y aportado documentación escrita, pudieron demostrar que los 600.000 dólares no eran un regalo, sino una contribución a cambio de cuidados y alojamiento. Contrataron a un abogado que negoció con Marie y Pete la venta de la propiedad y la devolución del pago, puesto que ya no proporcionaban a Nina y Joe los cuidados y el alojamiento prometidos.